Lionel Scaloni eligió entre Messi y Maradona y su respuesta sorprendió incluso a sus más cercanos

En una entrevista concedida durante un evento privado en la sede de la AFA, el entrenador de la selección argentina, Lionel Scaloni, fue consultado sobre quién consideraba el mejor jugador de la historia del fútbol argentino: si Lionel Messi o Diego Maradona. Sin titubear, y con una serenidad que sorprendió a todos, Scaloni respondió que para él “no hay dudas: es Maradona”. Las palabras, difundidas por distintos medios deportivos, generaron inmediatamente polémica y análisis en cadena, especialmente por la cercanía de Scaloni con Messi, con quien trabajó en la Selección durante años.

El DT santafesino fundamentó su elección en lo que definió como “la grandeza de los momentos decisivos”. Según explicó, Maradona no solo jugó en otro tiempo —donde las condiciones técnicas y físicas eran distintas—, sino que también llevó sobre sus hombros a todo un país durante el Mundial de México ’86. “Messi es un fenómeno, probablemente el más talentoso de todos, pero Maradona trascendió al fútbol. Fue símbolo de una nación entera en un momento muy difícil”, aseguró Scaloni, destacando el peso histórico del Diez más allá de la cancha.

Un debate que siempre divide aguas

La comparación entre Messi y Maradona es un tema recurrente en Argentina y en el mundo del fútbol. Mientras algunos apuestan por el palmarés internacional de Messi, con un Mundial, cuatro Copas América, una Finalissima y siete Balones de Oro, otros sostienen que el impacto cultural de Maradona lo convierte en único. Scaloni, sin buscarlo, reavivó el debate con una declaración que pocos esperaban escuchar de alguien tan ligado al entorno de Leo.

Pese a la polémica, desde el entorno del propio Messi no habría habido ninguna reacción negativa. Incluso allegados al astro rosarino recordaron que Leo siempre manifestó admiración por Maradona, a quien llegó a definir como “el más grande de todos”. En tanto, figuras del periodismo deportivo y exjugadores tomaron partido en cuestión de horas, demostrando que este duelo eterno sigue teniendo vida propia, y que cada nueva opinión puede mover conciencias, aunque nadie logre nunca cerrar el debate.