Hallazgo de la NASA en Groenlandia revela una ciudad nuclear oculta bajo el hielo

Un descubrimiento digno de película ha sacudido al mundo científico. Durante un vuelo rutinario sobre el norte de Groenlandia , investigadores de la NASA detectaron, mediante un avanzado radar de penetración de hielo, las estructuras enterradas de Camp Century , una base militar estadounidense construida durante la Guerra Fría y sepultada bajo más de 30 metros de nieve desde su abandono en 1967.

El radar utilizado, denominado UAVSAR , fue diseñado originalmente para estudiar el lecho glaciar y predecir el aumento del nivel del mar. Sin embargo, en esta ocasión devolvió imágenes inesperadas: túneles, edificios interconectados y restos de infraestructura que revelan con claridad la antigua instalación militar. Este es el primer mapeo completo de Camp Century desde que fuera abandonada hace casi seis décadas.

¿Qué era realmente Camp Century?

Oficialmente, Estados Unidos presentó esta instalación como una estación científica dedicada al estudio del clima ártico. Pero detrás de esa fachada se escondía el Proyecto Iceworm , un plan secreto del Pentágono para desplegar hasta 600 misiles nucleares de alcance medio bajo el hielo de Groenlandia , lejos de los ojos soviéticos durante uno de los períodos más tensos de la Guerra Fría.

La base comenzó a construirse en 1959 con el permiso del gobierno danés, que desconocía su verdadero propósito. Funcionó hasta 1967 , cuando se concluyó que el movimiento constante del hielo hacía imposible mantener una red operativa de lanzamiento de misiles. En su apogeo, albergaba a unas 200 personas, contaba con dormitorios, comedor, laboratorios y hasta un reactor nuclear que alimentaba toda la estructura subterránea.

Un secreto guardado por décadas

El carácter encubierto de Camp Century fue tal que incluso muchos de los militares destinados allí ignoraban su función real. Fue recién en 1996 que documentos desclasificados revelaron la verdadera naturaleza del proyecto, causando un fuerte malestar en Dinamarca, país que había declarado su territorio libre de armas nucleares desde los años 50.

Este hallazgo no solo revive un capítulo oscuro de la historia militar, sino que también reabre debates sobre la presencia estadounidense en Groenlandia, estratégicamente clave tanto durante la Segunda Guerra Mundial como en la Guerra Fría. Hoy, solo queda activa la Base Espacial Pituffik , pero el legado de estas instalaciones sigue marcando tensiones geopolíticas y ambientales.

Con este descubrimiento, lo que parecía ser una misión climática terminó desenterrando uno de los secretos mejor guardados del siglo XX. Un testimonio congelado en el tiempo, que nos recuerda cómo la tecnología y la guerra moldearon el mundo que conocemos.