El Gobierno busca que los dólares del colchón entren al sistema
La idea central es ofrecer un marco legal seguro que permita a los ciudadanos y empresas ingresar divisas al sistema sin temor a represalias fiscales o penales. Esto incluiría una ventanilla única especial, donde se puedan declarar activos en efectivo, joyas, bienes raíces u otros instrumentos valuados en moneda extranjera, con mínimos controles burocráticos y sin preguntas innecesarias. “Se trata de darle tranquilidad a quien quiere blanquear sus dólares sin sentirse perseguido”, explicó una fuente del ministerio.
Aunque el plan aún está en fase de discusión entre los equipos técnicos y el Consejo Monetario, trascendió que se evalúa otorgar tasas preferenciales de cambio para quienes depositen sus divisas durante un periodo determinado. También se baraja la posibilidad de aplicar reglas simplificadas para adquirir bonos públicos en dólares o participar en programas de inversión estatal. La meta es transformar el miedo al control fiscal en una oportunidad real de integración económica.
Incentivos en lugar de coerción
La nueva estrategia marca un giro respecto a políticas anteriores, que solían enfocarse en endurecer controles y sanciones. Esta vez, el énfasis está en atraer voluntariamente a los poseedores de divisas, ofreciendo ventajas en lugar de amenazas. En ese sentido, desde el ámbito económico remarcaron: “No queremos perseguir, queremos convencer. Si logramos traer esos dólares al sistema, podemos generar empleo, inversión y crecimiento”.
Según proyecciones preliminares, si se lograra incorporar aunque sea el 40% de los dólares no declarados, se podría inyectar al menos 14 mil millones de dólares en el mercado local. Esa cifra tendría impacto directo en la estabilidad cambiaria y en la profundidad del mercado financiero, algo clave para consolidar el rumbo macroeconómico del país.
¿Cómo reacciona el mercado?
El anuncio generó expectativa tanto en el sector privado como en organismos internacionales. Fuentes del FMI, consultadas informalmente, valoraron positivamente el enfoque pragmático del gobierno, aunque advirtieron que será fundamental garantizar transparencia y evitar distorsiones en el tipo de cambio. Por otro lado, economistas independientes señalaron que, si bien el incentivo es interesante, muchos seguirán dudosos hasta ver condiciones claras y seguras.
En paralelo, algunos analistas advierten que el éxito dependerá también de cómo evolucione la inflación y la confianza en el peso argentino. Si bien el mensaje es claro —"entren dólares y reciban beneficios"—, la verdadera prueba vendrá cuando se anuncien los términos exactos del programa. Hasta entonces, el mercado observa atento si esta nueva apuesta logra mover lo que hasta ahora permanecía quieto: los dólares del colchón.
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